Colocación de Microchip

Los accidentes ocurren y ningún tutor de mascota quiere experimentar el dolor de perder a su amado compañero sin querer. Ya sea que se trate de una puerta abierta, un ruido fuerte y repentino que los sobresalte o un explorador decidido abriéndose paso por un pequeño espacio, las mascotas pueden extraviarse fácilmente. Ahí es donde entra en juego el microchip. Es un método permanente de identificación, implantado debajo de la piel entre las escapulas de su mascota, generalmente del tamaño de un grano de arroz. Si su mascota se pierde y es encontrada por algún refugio o un veterinario, buscarán un microchip. Este chip contiene un número único que, cuando se verifica, revela la información de contacto del propietario. Es esencial que los tutores de mascotas se aseguren de que sus datos de contacto sean precisos y estén actualizados en la base de datos del microchip para facilitar un pronto encuentro si su mascota se pierde.